La música y la publicidad son un matrimonio perfecto que lleva mezclándose y utilizándose desde las primeras emisiones de radio en los años 20. Determinadas marcas se dieron cuenta del impacto que causaba la publicidad de sus productos en los oyentes y el aumento de ventas que conseguían, si utilizaban determinadas canciones o sintonías a la hora de dar a conocer su producto estrella.
Desde entonces, y ya con la televisión como otro medio de publicidad en marcha, infinidad de marcas han confiado en canciones y artistas para llegar a un determinado público. En los 80, la alianza de música y publicidad conoció quizás su época más exitosa. En plena explosión de grupos musicales de pop y rock nacional, era muy habitual ver asomarse a las pantallas, todo tipo de productos que incluían una canción popular, convenientemente modificada en su letra para los fines comerciales de la marca en cuestión.
Hoy, en plena euforia veraniega de los festivales musicales, son muchas las marcas que deciden patrocinar estos encuentros de bandas y público. Incluso sus marcas van unidas a los nombres de los festivales en un matrimonio indisoluble… La mayoría de empresas presentes en los festivales ya tienen notoriedad, pero continúan estando presentes para generar o mantener un vínculo emocional, un compromiso de larga duración, entre el público asistente y sus marcas.
Las empresas saben que los llamados Millennials (personas nacidas entre 1980 y 2000) son grandes consumidores de música y que eligen los festivales como destinos vacacionales, ya que tienen días de duración. A través de la música las marcas encuentran una vía para llegar a estos jóvenes de forma distendida y seducirlos. Pero para ello, la marca tiene que aportarles una experiencia con valor y significado, que esté vinculada con sus gustos inmediatos. Así que las empresas, para conectar con estos jóvenes, crean acciones sirviéndose de técnicas propias del marketing emocional y el neuromarketing. De esta forma, determinados escenarios pasan a denominarse como la marca en cuestión (en el Primavera Sound, los escenarios se denominan H&M o Ray-ban, por poner un ejemplo).
Cervezas Alhambra acaba de lanzar una campaña con una canción y artista concretos, y que van unidos a su cerveza estrella: la 1925. A través de una curiosa campaña en su web, invitan al visitante a disfrutar de la canción “Track 1925” del artista indie Neuman, relajando su actividad. Pararse y disfrutar. De hecho, una vez comienzas a escuchar el tema, éste se detiene si realizas un movimiento de ratón, para recordarte que es momento de relajarse y disfrutar… como cuando te tomas una cerveza.
Un ejemplo más de la comunión perfecta entre música y marcas.
Marketing inteligente.
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