Tranquilos, no nos hemos vuelto locos. Somos conscientes de que en el espacio exterior no puede sonar música, ni de hecho ningún otro sonido, ya que la ausencia de aire impide que las ondas sonoras viajen y se propaguen. Todos esos efectos sonoros de pistolas láser y explosiones de naves en el espacio pertenecen al cine y la ciencia ficción.
Gracias a la atmósfera de nuestro planeta, podemos respirar y la Tierra puede albergar vida. Podemos comunicarnos los unos con los otros mediante sonidos y crear así civilizaciones, compartir ideas y un largo etcétera. Desde tiempos inmemoriales la música ha sido una de las expresiones artísticas de mayor importancia para las civilizaciones. Los tambores y percusiones han servido para identificar tribus en las selvas e impartir ánimo antes de la caza. La música ha tenido un impacto enorme en la religión y el pensamiento mágico de las civilizaciones. Y hoy en día, nadie cuestiona la importancia de la música en nuestra sociedad, como expresión de nuestra cultura y estilo de vida.
Esto lo saben bien en la NASA, que en 1977 decidieron recopilar música y sonidos de la tierra y enviar al espacio una copia, para que de ser interceptada por vida inteligente, pudieran conocernos. ¡Conocer a una humanidad tan compleja y diversa como la nuestra a través de la música!
Ignoramos si esa grabación ha llegado por fin a manos extraterrestres, pero lo que sí es seguro, es que 41 años después de su lanzamiento al espacio, los habitantes del planeta Tierra vamos a poder disfrutar de esa selección tan particular y que supuestamente, nos define como civilización. Al menos será un ejemplo de nuestra diversidad musical.
The Voyager Golden Record es el título de este disco tan especial. Pero… ¿Qué contiene exactamente?
La música y sonidos que incluye es de lo más variado. Para empezar, contiene la palabra “hola”, en más de 55 idiomas. Música tradicional de países como Perú, México o España. Obras de Mozart, Bach o Beethoven. También incluye rock clásico como el famoso Johnny B. Good de Chuck Berry o estractos de la popular ópera La flauta mágica. También se incluyen una selección de sonidos de la Tierra (aire, pájaros y diversos animales, sonidos de agua…) así como trenes o bebés llorando.
Ozma Records es el sello encargado de comercializar este curioso producto, que además de en un doble cd, se comercializa en una cuidada edición limitada de tres vinilos, en una caja con toda la información sobre este curioso proyecto de la NASA. Quién sabe, quizás en el mismo momento en que lo estés escuchando, alguien un una lejana galaxia también disfruta de nuestra música…
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