Se acercan las fechas navideñas. Aún falta más de un mes para el comienzo de las fiestas más esperadas del año, pero ya comenzamos a ver adornos navideños en los grandes almacenes y en nuestro supermercado favorito los mantecados y turrones han ocupado gran parte del espacio que ayer, ocupaban otros productos. Unas fechas que indudablemente están llenas de encuentros con nuestros seres queridos alrededor de una mesa, bien en casa o en algún restaurante.
Sentarse a compartir un buen almuerzo o cena con los nuestros es una costumbre fundamental en nuestra vida social. Quedamos con familiares o amigos para comer juntos independientemente de la fecha. Pero… ¿es importante la música en esos momentos? ¡Nosotros pensamos que sí! En Motiva conocemos esta importancia y evidentemente trabajamos para ambientar a nuestros clientes del mundo de la restauración. En muchas ocasiones, la música acompaña al ambiente que queremos transmitir; desenfadado, clásico, temático por alguna fecha concreta… En otras se busca provocar alguna sensación concreta…
Pero lo maravilloso de este trabajo, es que a veces la influencia de la música llega a niveles que no imaginamos. No paramos de sorprendernos. Y es que la música que escuchamos mientras comemos… puede afectar al proceso de digestión. Una correcta digestión no sólo va a depender del tipo de alimentos que ingiramos, sino que va a influir de manera decisiva nuestra postura, el tiempo que nos lleve… y el ambiente sonoro.
La música es capaz de producir en el cerebro lo que llamamos emoción musical. Científicos de diversos institutos han descubierto que las regiones del cerebro que están implicadas en la sensación placentera asociada a la música, son las mismas que se activan con la comida y la bebida. El cerebro emite durante estos procesos una serie de hormonas y neurotransmisores que favorecen notablemente el proceso digestivo, con lo que una música adecuada, que nos resulta agradable, puede definitivamente ayudar a realizar digestiones menos pesadas y saludables.
Científicos del Instituto Neurológico de Montreal confirmaron que la música favorece a una correcta digestión y mejora la asimilación de los nutrientes de los alimentos. Esto se debe a que activa centros de placer que también influyen en los procesos digestivos aliviando el estrés, el mayor enemigo de una buena digestión.
La música placentera crea en el cerebro la llamada sensación de recompensa igual que la buena comida, el ejercicio y el sexo. Esta sensación baja los niveles de estrés, uno de los principales factores causantes de una digestión mala o lenta.
La sensación de recompensa que causa la música y se origina en el sistema límbico del cerebro, puede tener varios beneficios para el sistema digestivo y la asimilación de los nutrientes de los alimentos.
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