Como ya hemos visto en artículos anteriores, la música es un poderoso instrumento que proporciona cuantiosos beneficios a nivel físico (gran agente motivador para la práctica del mismo), psicológico (ayuda a relajar y despejar la mente), e intelectual (influye en el desarrollo cognitivo). Todos estos beneficios quedan muy marcados sobre todo en la mayoría de gente joven y de mediana edad. Pero, tienen esos mismos efectos en edad más adulta.
Obviamente, la influencia a nivel físico como motivación en la práctica de deporte para una persona con más de 70 años no va a ser tan marcada como en alguien más joven. Pero hay otros aspectos en los que la música es un gran instrumento y de gran utilidad para la gente de la tercera edad.
Para ello, y dentro del campo de la psicología ha surgido la Musicoterapia, que consiste en el uso de la música, para facilitar, promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento, la expresión, la organización y así satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas.
Dentro de la tercera edad, la musicoterapia puede mejorar la comunicación con los demás y, en el caso de los enfermos con Alzheimer y otras demencias, es un excelente medio de expresión de emociones. Además, la música puede promover las asociaciones mentales y emocionales, y es una manera más recreativa de ejercitar la memoria y mejorar la motricidad del enfermo, que puede moverse o realizar actividades físicas al ritmo de la música. Por ello muchos fisioterapeutas recurran ocasionalmente a la música para que los ejercicios de rehabilitación sean más eficaces.
Uno de los ejercicios más recurrentes dentro del campo de la musicoterapia para la tercera edad, es el denominado ”viaje mental”, que consiste en la realización de viajes imaginarios mediante la combinación de la visualización de paisajes o escenas y música evocadora.
Esta terapia es muy utilizada en las residencias de tercera edad, ya que de esta manera, “los mayores pueden trasladarse mentalmente a un lugar ficticio y realizar ‘viajes’, aunque sean imaginarios, fuera de su entorno, en el caso de enfermos o que tengan dificultades motrices para salir de la residencia.
Queda pues patente que el simple hecho de puede mejorar la comunicación, mejorar el humor e incluso aliviar una dolencia crónica.
Además, la posibilidad de aprender a tocar un instrumento musical en la edad adulta puede ser una buena manera de ejercitar el oído para evitar pérdida de la audición o incluso ayudar a superar un cuadro depresivo.
También el uso de la música acompañada con movimientos rítmicos pueden ayudar a reducir el riesgo de caídas en adultos mayores con problemas de equilibrio o que sean propensos a caerse. La música y el baile mejoran el equilibrio y la capacidad para caminar. Además de sus efectos en el equilibrio y disminución del riesgo de caída, el baile mejora el estado anímico, aporta estabilidad emocional y capacidad de disfrute y de sentirse útil en una actividad. Todo ello conlleva una mejora indudable de la calidad de vida.
En Motiva contamos con un amplio catalogo de canales musicales adaptados a todos los estilos y necesidades, como nuestro canal «Relax» (muy apropiado para el ejercicio mental), o nuestros canales «Oldies» y «Nostalgia», enfocados a personas de esa tercera juventud.
Como decía el célebre escritor Norman Vincent Peale, “vive la vida y olvida tu edad”.
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