Evocar emociones y recuerdos, ese es el objetivo de cualquier campaña de marketing en la actualidad. Y desde hace algunos años, evocar emociones es también el objetivo de cualquier estrategia englobada en la experiencia de cliente en cualquier punto de contacto con una marca. El marketing sensorial pretende emocionar al consumidor y medir esas emociones con técnicas de neuromarketing (o dicho de una manera rápida, el cómo las emociones provocadas por esos estímulos se pueden medir con técnicas científicas objetivas).
«En busca del tiempo perdido» de Marcel Proust es una obra literaria que explora temas como la memoria, el tiempo, la identidad y la búsqueda de la verdad interior. La «magdalena sensorial» se ha convertido en un símbolo de la manera en que los pequeños detalles cotidianos pueden abrir las puertas a la introspección y la reflexión.
En este pasaje, el narrador sumerge una magdalena en una taza de té y, al probarla, experimenta una intensa oleada de recuerdos de su infancia. Este episodio es famoso por su representación de cómo los estímulos sensoriales, como el aroma y el sabor, pueden evocar recuerdos y emociones profundas en una persona. Eso es un claro ejemplo de evocación. Y todos los sentidos pueden provocarlo.
Y así debe ser tu experiencia de cliente. Capaz de provocar en el consumidor una intensa oleada de recuerdos y memorias (positivas, claro está) de su pasado. Porque solo así lograrás que este se sienta a gusto recorriendo los metros cuadrados de tu establecimiento, quiera permanecer más tiempo en ellos y bien es sabido que a mayor tiempo de permanencia en un espacio de venta, más probabilidades de que adquirir uno de sus productos y/o servicios.
El bienestar del cliente es la máxima y se consigue logrando la excelencia en cada uno de sus sentidos, sumado a una gran atención al cliente. Y no puedes olvidar que esas personas que atienden a tus clientes deben sentirse igual de a gusto que ellos para poder venderles con pasión, recomendarles de forma honesta pensando siempre en sus necesidades.
La música es una parte de todo ello, la auditiva y, por cierto, la única que se percibe de forma pasiva. Cuando no miramos un estímulo no lo vemos, cuando no lo tocamos no lo sentimos. Pero la música siempre está ahí a menos que te tapes los oídos, claro. Por tanto, cuídala y piénsala pensando en tus trabajadores y clientes. Y, para ello, cuenta con un profesional con experiencia que sepa identificar aquellos denominadores comunes a todos tus clientes.
La música, ese arte intangible capaz de despertar emociones, recuerdos y sensaciones que yacen en lo más profundo de nuestra mente y corazón. La evocación que provoca la música es una experiencia única y poderosa que nos transporta a través del tiempo y el espacio, conectándonos con momentos pasados y futuros, así como con lugares lejanos o imaginarios.
Porque cuando escuchamos una melodía que resuena con nuestras emociones, la música se convierte en un vehículo mágico que nos permite revivir momentos especiales de nuestras vidas. Un acorde, una nota, una canción pueden transportarnos instantáneamente a aquel primer baile con la persona amada, a un día soleado en la playa o a un momento de tristeza que creíamos superado. La música tiene el poder de revivir recuerdos olvidados y, al hacerlo, nos permite experimentar nuevamente las alegrías y las tristezas que hemos vivido.
Pero la evocación de la música no se limita a nuestro pasado; también nos lleva a lugares que nunca hemos visitado y nos permite imaginar mundos desconocidos. Las composiciones musicales pueden transportarnos a la cima de una montaña cubierta de nieve, a un bosque encantado o a una ciudad futurista en el espacio exterior. La música nos permite explorar lo inexplorado y experimentar lo inimaginable sin mover un solo músculo.
Además, la música es un lenguaje universal que trasciende las barreras culturales y lingüísticas. Cuando escuchamos una canción en un idioma que no entendemos, podemos sentir la emoción en la voz del cantante y en la melodía, lo que nos conecta con la humanidad en su conjunto. La música une a las personas de todas las edades, razas y culturas, y nos permite compartir emociones y experiencias de una manera profunda y significativa.
En resumen, la evocación que provoca la música es un regalo invaluable que enriquece nuestras vidas de muchas maneras. Nos permite viajar en el tiempo y el espacio, conectarnos con nuestras emociones más profundas y experimentar la belleza del mundo de una manera única. La música es una fuerza universal que nos une a todos y que nos recuerda la maravillosa capacidad de la humanidad para crear y apreciar el arte en todas sus formas.
En Motiva somos expertos en marketing sensorial auditivo (o audiomarketing). Todo lo que evoca emociones y recuerdos a través de todo lo que recibe este maravilloso sentido que es el oído. Melodías y voz ya sea a través de la música o de mensajes verbales. Contáctanos y te asesoramos sin compromiso
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