Hoy es el Día Internacional de la educación. La educación es la base para una sociedad justa, igualitaria y autosuficiente. El derecho a la educación es pues, un derecho humano.
Igual que la educación en general, la educación musical también reduce la desigualdad y enseña a ser más tolerante. Porque escuchar música abre la mente y la expone a sonidos, ritmos, melodías, letras e interpretes de otras culturas, con estilos y personalidades diferentes a nosotros. Géneros como el jazz, la bossa nova, el rock, el dance, k-pop, flamenco… demuestran que la música representa culturas, así que aprender música y acercarse a un estilo musical es acercarse a una cultura.
Recuerdo cuando era adolescente y vi por primera vez en la MTV un videoclip de Aerosmith («Living on the Edge») me pareció extrabagante, raro y musicalmente muy duro para mi gusto de aquella época. Pero a medida que iba escuchando esa canción, una energía recorría mi cuerpo, algo nuevo se introducía en mi cerebro y sus neuronas se excitaban cada vez más. La banda de rock duro norteamericana acabó siendo una de mis favoritas de aquella época y fue una de las razones motivacionales por las que aprendí a tocar la guitarra eléctrica.
De hecho, lo mismo me ocurrió con otras bandas como Nirvana, Green Day o posteriormente The Strokes. Y, por supuesto, también me ocurrió con la electrónica. Bandas como The Prodigy o The Chemical Brothers me sonaban estrambóticas en un inicio pero al acostumbrarme, se abrió un nuevo horizonte musical para mi.
En un entorno de venta pueden ocurrir dos cosas a la hora de reproducir música con el objetivo de influir en el estado ánimo de los clientes: o que el tipo de música que se reproduce a través del hilo musical sea muy aproximado a los gustos del cliente (coincidencia temática) o que esta sea una propuesta diferente pero que le llame la atención y le guste (coincidencia emocional). Ambas vías son correctas para lograr el objetivo.
La primera es una apuesta segura, ya que el cliente se identifica rápidamente con los valores de la marca detrás de esa experiencia de cliente y siente sus productos/servicios más afines a él. Pero la segunda, aunque más arriesgada que la primera, va más allá. Porque le muestra algo diferente pero que si da con la tecla, puede generar un efecto WOW enorme.
En ambos casos, no obstante, es necesaria la intervención de un especialista en la materia que te asesore y evalúe todos estos aspectos para la ambientación musical de tu tienda o negocio.
Aprender música, por tanto, aporta muchos beneficios psicológicos a la persona:
- Fomenta y estimula la creatividad
- Mejora el estado de ánimo
- Aumenta la autoestima
- Ayuda a estar más concentrado
En Grupo Motiva somos muy conscientes de la importancia de la educación musical ya que esta se encuentra a la base de una cultura y por tanto afecta a la cultura empresarial. Si tus clientes objetivo tienen cultura musical, debes acercarte a ellos con esa misma cultura musical. Y lo valorarán cuando se encuentren ante tu propuesta de valor. Por ello, es crucial conocer bien a tu cliente, a tu buyer-persona. Y con esa información, nosotros nos encargaremos de darle la mejor ambientación musical para que asocie sus valores a los de tu marca para lograr generarse un vínculo emocional entre ambos que lleve a la adquisición de tu producto y/o servicio. ¡Contáctanos y te informamos in compromiso!
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