Uno de los principales indicadores del éxito de la experiencia de cliente en cualquier negocio que disponga de un espacio físico ya sea de venta o únicamente para mostrar el producto (el llamado showroom) es su tiempo de permanencia. Es completamente lógico. En general, cuanto más gusta algo, lo que sea, durante más tiempo deseamos interaccionar con ello.
Dicho de otro modo, cuantas más emociones (positivas, claro está) transmita el marketing sensorial de un establecimiento, se producirá una activación mayor del llamado circuito del placer de nuestro cerebro (con su segregación principalmente del neurotransmisor dopamina) y ello generará una dependencia hacia ese o esos estímulos agradables a los que nos ha expuesto una marca, aumentando así la retención en la memoria de sus valores o características.
Pero ello no siempre sucede de esta forma. Hay tipos de negocios que buscan precisamente lo contrario. Que los clientes disfruten de la experiencia en tienda pero que no se entretengan a la hora de tomar su decisión de compra.
Este es el objetivo de cualquier marca que expone su propuesta de valor en el sector retail y, para ello, se recurre a todo tipo de estrategias y acciones que implican al espacio o a las personas que atienden al cliente. En muchos casos, el personal sirve de vehículo para acercar a los potenciales clientes a esa experiencia del espacio que no puede salir de sus fronteras arquitectónicas (lo cual ya está cambiando gracias a la tecnología 3D).
Ejemplo de ello son las innumerables veces que el personal nos ha abordado fuera del establecimiento ofreciendo una muestra del producto o invitando a entrar para poder disfrutar de una promoción.
Los principales estímulos sensoriales que conforman la experiencia de cliente responden a los 5 sentidos del ser humano: estímulos visuales, auditivos, olfativos/gustativos y táctiles. Todos y cada uno de ellos pueden ser determinantes para lograr una experiencia adecuada en la tienda.
En Grupo Motiva nos especializamos en la parte auditiva, la cual resulta especialmente clave porque, para empezar, no hay nada que llame más la atención (y de forma negativa según numerosos estudios) al entrar en una tienda o negocio que el silencio y numerosos estudios afirman que es el estímulo número 1 a la hora de evocar emociones positivas, precisamente las que hacen falta para aumentar ese tiempo de permanencia en tu local.
La experiencia auditiva, junto con la olfativa tiene una ventaja sobre otros estímulos y es la posibilidad de poder llegar a los potenciales visitantes cuando todavía se encuentran fuera del establecimiento. Y, para lograrlo, esta debe ser diseñada de la forma más eficaz pensando en el adn musical de tus clientes finales, en los valores de tu marca y en los atributos de su propuesta de valor.
Para lograr aumentar o disminuir el tiempo de permanencia en un local, la música juega principalmente con el ritmo. En general, un ritmo más pausado provocará una reducción de la velocidad de los pasos del cliente los cuales a menudo buscan de forma inconsciente coincidir con los golpes de la música que le rodea. Asimismo, una música más acelerada provocará un aumento del ritmo de los pasos. Por ello, se recurre a ella cuando se busca una compra más impulsiva y una mayor rotación.
Por tanto, podemos concluir en que, en general, si el valor de los productos que ofrece tu marca son mayores es más conveniente el uso de una música más pausada. En cambio, si lo que buscas es que tus clientes compren tus productos o servicios sin pararse a pensar demasiado ante el lineal es más conveniente el uso de una música rítmica (en esto la electrónica es la reina).
Ejemplo de esto último son las marcas del sector de la moda low cost o las épocas como las rebajas u otros sectores como los restaurantes que ofrecen menú donde el margen es pequeño y por tanto el objetivo para lograr la rentabilidad es la alta rotación de clientes.
Otro elemento con el que puede jugar el hilo musical de tu negocio es la melodía. En base a estudios de audio marketing, cuando la melodía de una canción es reconocible, positiva y animada, el oyente tiende a tararearla y ese seguimiento le lleva a desear hacerlo hasta que esta finaliza, aumentando así el tiempo de permanencia.
Y de paso, esa seducción llevada a cabo por una canción hará que el oyente también desee conocer la siguiente. Por tanto, en esta línea podemos afirmar que la música reconocible aumenta el tiempo de permanencia y la desconocida (a priori) lo reduce.
¡Contáctanos! y te contamos sin compromiso cómo lograr aumentar o reducir el tiempo de permanencia de tus clientes en tu tienda o negocio.
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