El oído es un sentido fundamental para poder captar los sonidos del entorno y una correcta salud auditiva es clave para poder disfrutar, por ejemplo, de la música o para entender de forma efectiva el lenguaje de los mensajes de un hilo musical.
Y hoy, el audiólogo clínico Santiago Domingo Navarro nos cuenta más sobre el funcionamiento concreto de este apasionante órgano y sobre la importancia de su salud para evitar problemas:
¿Cómo funciona nuestro oído?
El oído es el órgano de la audición y el equilibrio. Pero en este artículo nos vamos a centrar en la función concreta de la audición. Éste órgano está constantemente activo, capta las ondas sonoras y las transforma en información que el cerebro es capaz de interpretar, como por ejemplo la música y el habla.
El sonido es una onda de presión que, según la velocidad de vibración que tenga, producirá un sonido diferente. Las vibraciones lentas producen sonidos graves, mientras que las vibraciones rápidas producen agudos.
El sonido entra en el oído a través del conducto auditivo que es el encargado de canalizarlo hasta alcanzar el tímpano.
Cuando la membrana timpánica empieza a vibrar, a su vez pone en movimiento la cadena osicular situada en el oído medio y compuesta por los huesos martillo, yunque y estribo.
Estas vibraciones que se transmiten a través de la cadena osicular van dirigidas hacia el oído interno. Concretamente, el movimiento del estribo es el encargado de transmitir estas vibraciones sobre la ventana oval, que es la puerta de entrada de oído interno.
En el oído interno, la cóclea, desempeña un papel fundamental. Es aquí donde la energía mecánica de las ondas sonoras se transforma en complejas señales eléctricas que, a continuación, se transmiten al cerebro.
En términos simples, la cóclea es un tubo con forma de espiral lleno de fluido y cubierto en toda su extensión por las células ciliadas. Estas células poseen distintos grados de sensibilidad para la detección de los diferentes tonos o frecuencias por lo que esto permite al oído percibir todo el espectro de sonidos.
Las células ciliadas están dispuestas como las teclas de un piano a lo largo de toda la extensión de la cóclea. Las que están localizadas en la región inferior o base de la cóclea son responsables de las altas frecuencias, es decir, los sonidos más agudos. Mientras que las que se localizan en el ápex son responsables de las bajas frecuencias, sonidos graves.
Cuando la ventana oval vibra a causa del movimiento de la cadena osicular, provoca una onda de presión en el fluido de la cóclea provocando el movimiento de las células ciliadas, estos movimientos causan diferencias de tensión que producen señales eléctricas que se transmiten a través del nervio auditivo hasta el cerebro, donde el córtex auditivo cerebral, interpreta esta información como sonido.
Toda esta sucesión de eventos, incluyendo los distintos pasos que convierten las ondas sonoras del medio ambiente en información que el cerebro es capaz de interpretar, suceden tan rápidamente que las personas pueden oír el sonido al instante y de manera continua.
Funcionamiento de un oído afectado por una pérdida auditiva:
Las pérdidas auditivas pueden ser de dos tipos:
– Hipoacusia de transmisión
El problema está en el oído medio. La cadena de huesecillos no transmite las ondas sonoras por alguna causa. Se puede mejorar o reparar médicamente.
– Hipoacusia neurosensorial
La causa radica en el oído interno. Se evidencia a través de las células ciliadas. Estas células son muy frágiles y se pueden destruir de forma abrupta o progresiva cuando se someten a intensidades sonoras importantes. No se regeneran y no se pueden curar ni reemplazar.
Cuando una célula ciliada se daña, la transmisión de la señal hacia el cerebro se vuelve imprecisa y se experimentan dificultades para oír.
En cambio, cuando se destruye la célula ciliada, esta no puede transmitir la señal hacia el cerebro y, por lo tanto, ya no se puede oír. Esta pérdida auditiva es irremediable.
Consecuencias de la pérdida auditiva
La disminución de la agudeza auditiva tiene consecuencias para las personas que la experimentan.
- Problemas sociales:
– Dificultades para comunicarse: la persona no comprende o entiende mal a su interlocutor, pidiéndole a este que repita o que hable más fuerte para poder comprender.
– Aislamiento: la persona que padece una pérdida auditiva tiene tendencia a encerrarse en sí misma y, por lo tanto, a aislarse socialmente. Poco a poco, esta persona se excluye a sí misma o la excluyen.
- Trastornos físicos:
– Pérdida del equilibrio
– Acúfenos o hiperacusia
- Problemas psicológicos
Psicológicamente, las personas con problemas de audición son vulnerables y pueden sufrir estrés debido a la falta de percepción del mundo que las rodea y, como consecuencia, tienen un sentimiento de inseguridad.
Por lo general, estas personas también tienen falta de confianza, una baja autoestima, un sentimiento de vergüenza, etc.
- Y por último y no menos importante, la pérdida de audición es una de las causas más importantes que agravan el deterioro cognitivo. Cuando una persona tiene una pérdida auditiva, la información que recibe su cerebro es menor debido a la hipoacusia. Este hecho conlleva una menor estimulación a nivel de la corteza auditiva y, por lo tanto, un deterioro prematuro y una atrofia de sus células que se ve reflejado en la aparición de problemas cognitivos como puede ser la demencia. Una persona con una pérdida auditiva leve, moderada o severa presenta respectivamente 2, 3 y hasta 5 veces más posibilidades de desarrollar una demencia.
Desde Grupo Motiva y Sent te aconsejamos realizar revisiones auditivas periódicas las cuales te ayudarán a prevenir problemas auditivos que muchas veces no se detectan de una forma clara y que, sin embargo, van afectando directamente a nuestra calidad de vida.
Y es que cualquier pequeño signo de pérdida de audición detectado a tiempo puede ayudarnos a evitar -o al menos a frenar- algunos procesos de deterioro de la capacidad auditiva.
¡Cuida tu salud auditiva!
Santiago Domingo Navarro
Audiólogo Clínico
Clínica SENT: Centro sanitario centrado en los problemas de la audición y del lenguaje que aborda conjuntamente los problemas de comunicación, del desarrollo cognitivo y motor, y de la conducta y emociones de los pacientes. En ella, otorrinolaringólogos, logopedas, fisioterapeutas, audiólogos y psicólogos trabajan en equipo para la prevención y solución de los problemas de salud auditiva.
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