La banda sonora de Stranger Things ha sido desde el inicio de la serie, un elemento muy importante del conjunto. Está compuesta por Michael Stein y Kyle Dixon y en ella se hace un gran uso de sintetizadores en homenaje a los artistas y compositores de la década de 1980 incluyendo artistas como Jean-Michel Jarre, Tangerine Dream, Vangelis, Goblin, John Carpenter, Giorgio Moroder y Fabio Frizzi.
(atención: spoilers) Pero en su cuarta temporada, su importancia ha llegado hasta tal punto que esta se ha convertido directamente en un personaje más cuya acción es capaz de modificar el argumento. La música de esta serie nos da pistas del arco de transformación de los personajes y de la evolución de la trama en su conjunto. Ejemplo de ello es el tema «Running Up That Hill» de Kate Bush el cual no puede dejar de sonar en los walkman de Max para evitar que Vecna (el villano de la serie) se acerque a su mente y la lleve con él hacia la oscuridad.
Otro momento en que la música aparece en la serie como un elemento narrativo cuya fuerza trasciende de lo habitual es cuando Nancy (Natalia Dyer) y Robin Buckley (Maya Hawke) se dirigen al hospital psiquiátrico para visitar a un paciente y son testigos del uso terapéutico de la música para tratar trastornos mentales graves como la esquizofrenia. En la escena, las dos chicas se pasean por las instalaciones y observan a numerosos pacientes escuchando música a través de unos auriculares.
Este uso del sonido para estimular el cerebro y como parte de la terapia en pacientes en el ámbito de la salud mental se ha demostrado eficaz con el tiempo en base a numerosos estudios si bien en el momento histórico recreado en la serie (años 80), este quizá no se encontraba tan demostrado científicamente. Así pues, ese momento en que Nancy y Robin descubren a los pacientes escuchando música como si ello les ayudara a alejar los síntomas de su trastorno, enlaza narrativamente con el uso que le va a dar Max para ahuyentar a Vecna de su mente.
Esta analogía no está carente de cierta distancia con la realidad de aquellos pacientes que usan la música para luchar contra sus trastornos mentales pero resulta interesante su uso en la ficción, ámbito donde como es normal, se exagera y/o distorsiona cualquier elemento del mundo real como parte de una trama.
En el caso de Max, el uso (o en este caso dejar de usar) la canción de Kate Bush para alejar a Vecna será utilizada por el resto de personajes de la serie para al final de la temporada intentar acabar con él. Y el desenlace de esta inquietante (y a la vez maravillosa) historia de éxito musical os invitamos a verlo en Netflix.
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